Yo soy de
los que leo de noche, bueno, ahora con esa maravilla tecnológica que concentra
libros llamada Kindle, vuelvo a comenzar a leer en todas partes, donde la
rutina y el stress del día me lo permite. Mientras espero el tren, sentado en el
Tube, o a veces en un no muy ruidoso Starbucks mientras me tomo un café.
Gracias a
este device, ahora es común que lea
varios libros al mismo tiempo, dependiendo del humor del momento y a veces, de
lo que yo mismo estoy escribiendo. He descubierto que si estoy escribiendo
sobre un tema de ciencia-ficción, me gusta empaparme de los clásicos de la
época de oro, de Clarke, de Asimov, de Herbert y hasta de Sisi. En esta rutina
comencé a leer esta nueva antología de Steampunk en español, magistralmente
editada por Dlorean Ediciones, SteamTales.
Mi primera impresión;
la antología es buena, bastante buena diría yo. Tiene de todo, desde las típicas
historias de época victoriana, hasta mundos espaciales en el estilo de Flash Gordon, pasando por Western y Dieselpunk.
Con las diferencias de estilo y tema, todas las historias están bien escritas,
algunas más que otras, y todas respiran ese aíre de Pulp-fiction tan refrescante. Es como ver tus series de TV preferidas,
una tras otra.
Difícil
decir cuál es mi favorita, es algo bastante subjetivo, que tiene que ver más
con gustos personales que con calidad narrativa. Dos historias me dejaron con
sabor de boca por algo más, tipo novela: My
Steampunk Army de Raúl Montesdeoca y Segundos
de Dios de Nestor Allende. La primera no solo tiene todos los componentes
clásicos del subgénero sino que deja cabos sueltos que serían fácil de seguir
en futuros relatos. La segunda, aunque es más del tipo Dieselpunk, el relato está
basado en un Universo alternativo de la Segunda Guerra Mundial, es un mundo en
sí, que merecería un tratamiento más elaborado que un simple cuento (me
pregunto si el autor conocerá la obra gráfica del italiano Paolo Parente –DUST).
No deja de
ser desde luego, un gran avance para el mundo editorial y para la literatura Steampunk
en español, prácticamente inexistente en la lengua de Cervantes. Solo tengo una
crítica que dar, y en realidad no es contra la antología, sino a los autores;
aunque había personajes españoles en algunos de los relatos, ninguno de ellos está
basado en España o Latinoamérica, suscribiéndose a mundos imaginarios o al
mundo anglosajón. Si bien es
cierto que el subgénero en sí está basado en el siglo XIX y la Inglaterra de la
Reina Victoria, y que el término fue acuñado por escritores anglosajones, ese modelo
no tiene absoluta exclusividad. Prueba de eso es la extraordinaria novela de
Eduardo Vaquerizo, Danza de Tinieblas (Finalista del Premio Minotauro 2005
Ganador del Premio Ignotus a la Mejor Novela 2006) que nos cuenta las aventuras
del cabo Joannes Salamanca en un Madrid lleno de coches de vapor e
insospechados mecanismos de relojería.
Bueno
amigos invisibles, espero sus comentarios.
1 comentario:
Me alegra mucho que la antología haya sido de tu agrado, pues estoy seguro que como yo, todos los demas autores dimos lo mejor de nosotros para entregar material de calidad.
Saludos y gracias por leernos.
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